De la Gamergy al metal: nuestro sábado en Madrid
Un día lleno de sorpresas, buena comida y nostalgia retro en Madrid. Entre recreativas y buena música.
GAMERGY 2024VIAJESEVENTOSGRIÑONEL TEMPLO DEL RETRO
12/15/20244 min leer
El sábado amaneció con menos prisas, pero con muchas ganas de seguir disfrutando de esta escapada a Madrid. Después de descansar un poco más que el día anterior, estábamos listas para sumergirnos en otro día lleno de experiencias increíbles. Entre la Gamergy, buena comida y nostalgia retro, no faltaron los momentos memorables.
La Gamergy y sus maravillas
Una vez listas, volvimos a la Gamergy. Esta vez me dediqué a grabar mucho más para compartir la experiencia con vosotros, y vaya si había cosas para grabar. Entre los stands, las zonas interactivas y los cosplays increíbles, fue imposible no emocionarse.
Algo que me llamó la atención fue lo bien organizado que estaba todo. Desde las muestras de videojuegos y las competiciones hasta las áreas de comida o los stands, se notaba la profesionalidad y el cariño puesto en cada detalle. Sin embargo, no pude evitar sentir que el evento merece más atención por parte del público. Las gradas en las finales de los torneos, por ejemplo, no estaban tan llenas como deberían. Creo que la Gamergy tiene un potencial enorme, y espero que con el tiempo se convierta en un referente aún más fuerte.
A pesar de esto, la experiencia fue maravillosa. Estuvimos probando cositas, admirando los cosplays y disfrutando de la amabilidad de la gente. No deja de sorprenderme lo buena vibra que tiene este evento. ¡Todo un lujo vivirlo!
De Griñón a los sabores y los píxeles
Un cierre perfecto con sabor a nostalgia
Cuando llegó Manowar a recogernos, la noche dio un giro espectacular. Nos llevó a cenar a un restaurante con cerveza alemana y una comida deliciosa. Entre risas, platos compartidos y buena compañía, la velada se volvió aún más especial.
Después, fuimos a un pub metalero que me recordó muchísimo a los locales de Valencia que solía frecuentar los fines de semana junto a Lul. Ese ambiente oscuro, lleno de buena música y un toque de nostalgia, fue el broche perfecto para un día


redondo. Nos quedamos charlando y disfrutando del lugar hasta que el cansancio empezó a notarse. Fue una de esas noches que te llenan de buenos recuerdos y que sabes que te costará olvidar.
Es curioso cómo un simple viaje puede llenarte tanto el corazón y, al mismo tiempo, dejarte con ganas de más.
Ya en el hotel, aprovechamos para charlar un poco más, repasar fotos y
Habíamos quedado con los personajillos de Degeneración68k en Griñón, y ¡qué experiencia más increíble nos esperaba! La primera parada fue Vara Origen 1961, un restaurante que no puedo dejar de recomendaros. Su estética, con mesas de madera preciosas y un ambiente cálido, ya era de por sí impresionante, pero lo mejor fue la comida: deliciosa, con precios más que razonables, y servida por un equipo de diez.
Lo que realmente hizo especial esta visita fue la calidez humana. El personal fue súper amable, profesional y cercano, y hasta el chef y dueño
Con el estómago lleno y la moral alta, nos dirigimos al Templo del Arcade. Una vez allí, nos encontramos con un ambiente retro de lo más auténtico, lleno de máquinas que nos devolvieron a otra época. Entre las arcades y los pinballs, me topé con un juego de Silent Hill y uno de Michael Jackson donde vencías a los enemigos sacando los pasos prohibidos. Fue tan divertido como extraño.
Incluso tuvimos tiempo de hacer un mini directo IRL desde allí. No esperaba que tantos os pasarais sin previo aviso, ¡sois los mejores! Aunque creo que todavía puedo oír al señor de la pistolita.




El último día antes del cierre del evento promete ser igual de especial: Por fin vamos a conocer a Albertillo y no puedo estar más emocionada. Pero antes, volveremos al recinto una vez más para aprovechar lo que nos queda de la Gamergy y, después, darnos un buen homenaje comiendo por el centro de Madrid. Queremos pasear un poco, ver algunas cositas y empaparnos de esta ciudad que nos ha regalado tantos buenos momentos.
Cuando llegue la hora, tocará despedirnos de Sleepy, un momento agridulce porque, aunque me alegra haber compartido estos días con ella, me costará mucho decirle adiós. Este viaje está siendo inolvidable y aún queda algo más por vivir.
¡A disfrutarlo hasta el último segundo!
videos del día y bromear sobre nuestras anécdotas. Esa sensación de camaradería, de estar viviendo algo único, es algo que no se consigue todos los días. Es un regalo que me llevo de este viaje.
salió a saludarnos después de la comida. Ese nivel de atención es algo que no se olvida. Estoy convencida de que, si viviera por la zona, se convertiría en uno de mis restaurantes favoritos.