Desde la Gamergy hasta Hogwarts

Ayer fue un día épico de principio a fin. Desde madrugar como nunca hasta perderme en la inmensidad de Gamergy y explorar rincones mágicos de Madrid, todo estuvo lleno de emociones, reencuentros y sorpresas. Aquí te cuento cómo fue este inicio de aventura.

De madrugada y corriendo al tren

La jornada empezó bien temprano… o mejor dicho, de madrugada. A las 5 de la mañana ya estaba en pie, con solo 2 horitas de sueño, lista para empezar el viaje. Lul me acompañó a la estación, pero entre las prisas casi no nos dio tiempo ni a despedirnos. Fue tan rápido que parecía una escena sacada de una comedia romántica: tren a punto de partir, adiós apresurado, besos mientras me alejo al son de mi maleta en la cinta de seguridad, un último beso para el camino y un toque de caos que me hizo reír durante todo el trayecto (pero bajito, que mi compañera de asiento duerme).

Bienvenida a Madrid: Sleepy y la maleta ofendida

Al llegar a Madrid, fui directa al hotel, donde me esperaba la maravillosa Sleepy, quien estaba sentada en la cafetería del hotel, luciendo preciosa y "potrasa". El reencuentro fue pura alegría: abracitos, risas y hasta un momento divertido en el que Sleepy, sin querer, golpeó mi maleta. Lo mejor fue que se disculpó con ella como si tuviera sentimientos, y creo que la maleta la perdonó. No tenían ni colacao ni batido de choco, así que nos tocó buscar un desayuno alternativo que no plasmaré en estas lineas...

Vamos a lo nuestro: ¡Gamergy!

Después de acomodarme, tocaba lo importante: Gamergy. Llegamos antes de tiempo, pero no fue un problema porque se pasaban el horario por el forro de los huitos y nos dijeron que pa'dentro. He tenido la suerte de asistir a muchas ferias y eventos del estilo, pero esto fue diferente desde el primer momento. Se nota el cariño, la profesionalidad y las ganas de hacer las cosas bien.

Gamergy no es un evento cualquiera. Es enorme, diverso y emocionante. Hay un poco de todo:

• Stands de venta para llevarte desde merchandising hasta cosas que no sabías que necesitabas.

• Foodtrucks y zonas de bebidas para cargar pilas entre actividades.

• Pruebas de videojuegos de todo tipo, desde lo más clásico hasta lo más innovador.

• Una tarima para conferencias súper interesante.

• ¡Un juego que funciona con la mente! Sí, como lo lees, un videojuego que se controla con tus ondas cerebrales.

• Y, por supuesto, el escenario principal, precioso, rodeado de gradas y con un ambiente que solo puedes describir como pura magia gamer.

Una pausa mágica: la exposición de Harry Potter

Después de comer con Calandrajo y tomarnos un respiro en el hotel (porque, seamos sinceros, las 2 horas de sueño pesan), decidimos aprovechar que estábamos en Madrid y visitar una exposición de Harry Potter.

Solo puedo decir: ¡MADRE MÍA! Menuda experiencia. Desde que entramos, se olía la magia en el ambiente. La exposición era completamente interactiva e impresionante. Nos registramos como magas de la casa que quisimos (por supuesto, con nuestra pulserita oficial y evidentemente yo representé a la casa Slytherin) y cada sala nos retaba con actividades que sumaban puntos para nuestra casa.

• Hicimos pociones.

• Probamos el "wingardium leviosa".

• Y muchísimas cosas más que nos hicieron sentir dentro del mundo mágico.

Mi sección favorita diría que fue la cabaña de Hagrid... Si de normal soy tamaño de bolsillo en este lugar me sentí como si fuera literalmente Liliputiense.    ¡Y Sleepy se veía pequeñita tambien!

Es difícil explicar lo divertido y especial que fue. Si tienes la oportunidad, ¡ve! Y recuerda NO ser de Griffindor, esos pequeños cabroncetes ya se llevan toda la atención y ¡¡¡están ganando la copa de las casas por goleada!!!

McDonald's en la cama y desconexión con vosotros

Después de la exposición, estábamos completamente molidas. Tocaba un plan tranquilo: vuelta al hotel, McDonald's en la cama, una llamadita en Discord con vosotros y a dormir. El cierre perfecto para un día agotador pero inolvidable.

El día de ayer FUE LA POLLA.

¡Hoy seguimos explorando! Gamergy y Madrid tienen mucho más que ofrecer, y yo estoy lista para vivirlo todo (o casi todo, que mi agenda está a tope). ¡Nos vamos leyendo!

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